lunes, 31 de octubre de 2016

Samotracia adentro

Fotografía: Fabricio Estrada 

La Victoria de Samotracia

Avanza como avanzan los felices:
ingrávida, ligera, no tanto por las alas
cuanto porque es acéfala.

Una cabeza es siempre algo que tiene un peso:
la estructura del cráneo que es ósea y el propósito
siempre de mantenerla erguida, alerta.
Y lo que adentro guarda.



De: Poesía no eres tú



Los Maharajás y las 21 salvas

Muchas formas tuvo el poder colonial clásico y más sutiles formas el neo colonialismo actual. Incubar élites como primer paso y luego sostenerlas en privilegios descomunales con el fin de crear la simbología nacional en base al deslumbramiento. Al paso de los siglos, el neo colonialismo traslada -de manera masiva, invasiva- el deslumbramiento hacia la mass media sin descuidar la mimada tutela a las élites, las mismas que busca imitar la muchedumbre expoliada y que, en un juego de espejos, se asimila a ella a través de la imitación de poses, exuberancia mímica y creación del auto-estrellato en las redes sociales.

La India del Raj británico* es un ejemplo perfecto para entender la matriz de los actuales poderes neo coloniales. Primero llegó la Compañía Británica de las Indias Orientales (su forma comercial y los enclaves a lo largo de la costa del sub continente Indio) con sus alucinantes contratos y sus simultáneos ataques militares dirigidos a aquellos maharajás** y población que pretendían oponer resistencia. Una vez aplacada la oposición, a sangre, fuego y prebendas, los maharajás eran encerrados en gotas de ámbar reconocidas como reinos autónomos pero sin ningún poder político respecto al incierto -o en ciernes- territorio nacional.

Maharajá de Kapurthala, Jagatjit  Singh Bahadur (1877-1949)


"Despojados por los británicos de casi todo poder efectivo, los maharajás sentían la necesidad de demostrar su estatus mediante gestos de ostentación, por ejemplo, luciendo profusión de joyas en los actos públicos... Sólo los maharajás disfrutaban de jurisdicción plena dentro de sus Estados, aunque eso no significaba que fueran independientes, pues era el gobierno británico el encargado de mantener el ejército y las relaciones con los países vecinos" (Jordi Canal Soler)
Sir Rajendra Singh, Maharajá de Patiala


Se llegó incluso a clasificar los Estados o Reinos vasallos mediante una adulación extraordinaria denominada Salute States, "Estado con derecho a salvas", que no era otra cosa más que el saludo con 21 salvas de cañón cuando un maharajá realizaba visita oficial o el agregado de descargas de fusilería, eso, claro está, si el maharajá de turno se había mostrado más agradecido de lo habitual con el Raj Británico. Sin poder político alguno pero con el reconocimiento alienado de la población, los maharajás se entregaron al más impresionante derroche y a los más inimaginables excesos, construyendo los palacios que hoy son infaltables de toda postal de la India y manteniendo a la población a raya a través de un orgullo deformado, hecho realidad por medio del folclor y el sistema de castas religioso. Los mismos británicos llegaron a escandalizarse de todo el desenfreno de oro y piedras preciosas, cacerías que casi acaban con el tigre de Bengala, y palacios que no cabían en la imaginación occidental.

Todo esto acabó en 1947, con la llegada de la independencia. Ergo, hablo de estas élites tuteladas. Las mismas se transformaron, por fuerza de la necesidad, en empresarios modernos que en la mayoría de los casos, convirtieron sus maravillosos palacios en hoteles de lujo o que dieron en alquiler al gobierno indio, un gobierno que hoy ostenta su joya de la corona: el arma nuclear, brillante amenaza que saca a pasear de vez en cuando en  sus paradas militares.

F.E.


*Se le denominó Raj Británico al gobierno colonial que Gran Bretaña impuso en la India a partir de 1858, luego de aniquilar el Gran Motín Indio.

**El Maharajá (Gran Rey, en sánscrito). También suele llamársele así, con cariñoso respeto, a mendigos sianniasis , refiriéndose a su poder espiritual.

lunes, 24 de octubre de 2016

Los veteranos de las guerras napoleónicas, imágenes únicas ahora en color

The only surviving images of veterans of the Napoleonic Wars, now in HD Color




Rainier Alfaro Bautista, El Salvador - Ventana de suplicios

Foto: Fabricio Estrada.


Llegó a Tegucigalpa con el filo del siglo. Era legión perdida y traía los estandartes desplegados del valle cuscatleco. Me llamo Rainier, dijo, y lo dijo con hacha en la mano. Implacable con la mala poesía, se fue adentrando en Honduras a punta de ella y la horda que éramos. Honduras no es fácil para nadie y no lo fue con él, pero ahí creció en otra dimensión, no mejor, pero sí única al haber participado en la conformación de mi generación. Por eso no dudamos a la hora de incluirlo en Versofónica y en cuanta lectura tuvimos. Dueño de todo ese granítico e insobornable carácter, ha cincelado su poesía con las imágenes del que se ha acostumbrado a llamar al rayo y, de hecho, su poética, habla de lo telúrico con la fuerza que le ha dado a Centroamérica la tradición poética salvadoreña. Hijo de la pos guerra más alucinante, miembro plenipotenciario del Taller de Letras Gavidia -Talega, supo incorporar a sus textos todo la avalancha de incertidumbre que vino luego de los acuerdos de paz. San Salvador se eleva en su voz como el grito de aquellos cheros que se iban a corear el rock pesado para asentar la oscura y nueva consigna de los noventas. Yo viví junto a él la ventisca calcinante de Honduras y fui testigo del cómo cuidó esta Ventana de suplicios. Y reímos, y rockeamos, y fuimos por igual legión sobre la ruina de la locura. Aquí sus versos y su eco, entonces.

Inclemencias

A mí también
los buses me dejan
esperándolos en las esquinas
tarde en la espera
de madrugada
al mediodía
a deshoras
luego me llevan y me traen
entre gritos de humo y semáforos
por boulevares innombrables
que todos los días
me alejan más de mis primeros pasos
A veces también
la desesperación y el dolor
me alcanzan
me arañan la cara inclementes invencibles infames
en miles de manos que se alzan por millares desde las
aceras

20022002 Tegucigalpa


E

Mi casa de locos
se pierde en la noche
sangrando dolor en cada poro
mirando muerte y encierro en cada grito
desvaríos colectivos
Soy primero
soy último
que gime y llora
a cada paso un abismo solitario
mi alma
hablo la lengua de los tiempos
mascullando mantras
el miedo persigue acorrala
envenena mis sentidos
y me ata a los muros invisibles del viento
Mi casa se derrumba
y a nadie le importa



Circular I

Sentado bajo la lluvia
veo girar los mundos
espero a la noche
alimento mi fuego
un caballo corre por la plaza central
tras un árbol se estrellan dos sombras
entre mis manos los huesos rotos del tiempo
de miles de hombres sin edad
una banda de palomas alza vuelo sobre semáforos
invertidos
el mundo se queda a solas
de nuevo entre mis manos
Sentado bajo la lluvia el silencio sigue bordeando mis
labios


Desfile

Voy abanderando
a través del tiempo
un ejército de sombras
a la deriva
en burdo desfile por Citadel
Voy ciego y lloroso pues mi paso
es paso de hombre
y mi voz
es grito de histeria colectiva
Voy al Tarot
a jugarme tus recuerdos…


Viaje iluminati

Viajo iluminado, entre túneles y cuevas, saltando
azoteas y capiteles
mis ojos agonizan contaminados, por los escaparates 

y el azul neón
voy trepanando semáforos invertidos, y escupiendo
orquestas opiómanas
dinosaurios en abierta campaña, se lanzan contra mis
huestes
los espero con ansias, la noche 

es un carnaval de hogueras,
y un circo abierto que se desmorona contra mi pecho,
ceniza azul, florece en mi sangre
una legión de parricidas viene tras de mi nombre.



Árbol de suplicios

Árbol o llama
hoja o brasa
salamandra en movimiento lunar
sombra vieja entre las sombras
lengua de viento mordiendo el horizonte, 

el norte y las estrellas de Aldebarán
estratificación del tiempo
afuera del círculo ya no hay nada
Árbol de suplicios,
árbol interestelar donde convergen los cielos y la tierra
el mar y las estrellas reposan en este instante, 

en esta catadura de aromas surge el universo
nosotros tan solo resucitamos 

entre las arenas del viaje
entre las veredas y peripecias del camino, camino que
vuelve siempre al mismo lugar
solo son huellas de otras estaciones, de otras voces
que llegaron antes hasta aquí
desde la infinita conjetura, que nos sepulta y hace
olvidar la lengua , el origen de nuestro fuego
Es ayer o mañana
horas sagradas, horas de ceniza
vertiente, comunión de tigres en celo
pasos olvidados entre líneas intermitentes de luz
luces lejanas, el canto intenso de las amapolas
lengua de viento, estratificación del tiempo,
diluyéndose mi voz en un arco reflejo sideral
lengua de mis abuelos, palabras recién pronunciadas,
«esperanto , esperanto, esperanto»…


Ventana de suplicios

Por esta ventana
bajan las constelaciones de la luz
tu pecho
tus manos
abrevadero de bestias lunares
el canto intenso de los cometas,
tus labios
tu rostro
el fuego silente de mis sueños, que aún así, 

siempre es fuego
el infinito y largo aliento de mis abuelos 

que siempre me acompañan
Los pasos inconclusos
de miles de hombres que vinieron antes ,
de mis agitadas manos en busca de otras estridencias,
de otros cantos
A fuego lento
van incendiándose mis palabras, mis tristes memorias
de Hibueras
en estas honduras, fui abandonado, derrotado miles
de veces
mi lamento se esparce en la distancia, 

humo suelto en el vientoceniza azul entre estas líneas que dibujan mis manos
alas infinitas del bosque, elevándose entre los follajes
y raíces de tu piel
abrazo tu figura distante, espejos y espuma delirante,
arena en espiral diluyéndose en este instante
viento del sur azotando entre las velas, «El barco
ebrio» agoniza, repito, agoniza, agoniza
repito, tu nombre, hasta el cansancio, hasta el olvido
repito, olvido, olvido…
La inmensidad viene llegando, en un breve rumor
desde tierra adentro
como agua que corre montaña abajo hacia el mar,
como lluvia deslizándose entre espigas maduras
entre las hojas marchitas y endebles de un roble 
centenario, solitario y dominante en el continente
entre tus pasos de mujer y tu respirar de pájaros
enjaulados y suicidas
de girasoles anochecidos.

II

La distancia que nos invade, nos aleja más en cada
paso
chorreando estrellas entre tu cabellera, 

el aroma del cacao me embriaga
Sirena solar,
mi canto primero entre las aguas
el anochecer y la mañana misma que nos hizo
despertar
sol eterno faro de labranza, bajo tu sombra
la traición es traición siempre, 

no hay manera de olvidar
el dolor que me acompaña en todo momento,
no va acabar nunca, las imágenes que galopan entre
nubes rojas
en la dimensión de lo que fue, 
pero que ya no es
reiteran una y otra vez mi suplicio,
circular
odio con todas mis fuerzas,
la noche, las estrellas, los cenzontles del norte
los violines descalzos son falsos siempre
espejismo
espejismo es romper un cristal sin sangrar
espejismo es rasgar las alas del cuervo sin morir
espejismo…

III

Para cuando descubras que me amas, que me
amaste alguna vez, ya será tarde, ya solo seré
polvo entre otras constelaciones, 
entre estaciones en la distancia del sur, cada palabra, 
hace eco en el vacío, perdiste la luz, 
un espejo de madrugada, mensajes sueltos, el llanto, 
la muerte seguirá, cada mentira seguirá viva infinitamente
al romper de nuevo el silencio, mis arrepentidos pasos
de vuelta hacia el nirvana
mis tristes manos, buscando la sombra de tu figura
la luz de tus ojos, que antes me iluminaba,
simplemente ya no esta
cada palabra que no se dijo, murió
promesas rotas, fuego vencido
eras y seguirás siendo, árbol errante,

árbol de tormentos, niebla difusa
Una lluvia de alas, atraviesa la línea del horizonte
un tigre vencido en su propio juego, infiel en su lucha
déspota hasta en las palabras, corazón de la noche,
«corazón delator»
con los colmillos rotos, flojas las garras, 

débil el rugido

IV

He sido un dios abandonado de los dioses…
Alfonso Kijadurias.

Ariadna
el hilo se rompe,
¿adónde vas?
correr sin dirección
atropellando la memoria posible
el laberinto sin fin
correr a ningún lugar, para que, sí ya no hay salvación
no hay manera, no hay forma
solo queda la infinita contradicción
«no hay nada que supere la realidad»
el ardor de los ojos, la opresión del pecho, el insomnio
que me mata cada noche
las altas mareas de la tristeza,
azotando este tiempo crepuscular
Ventana de suplicios
potros en fuga, marchantes estelares, sombras
diluyéndose hacia el abismo.

V

Yo creo, pero no es suficiente
transfiguración,
a la sombra de una Acacia espero la luz
yo creo , pero ya es demasiado tarde
he muerto pero no lo sabía
he muerto y todavía no he tomado conciencia
he muerto sin embargo no me sirve de nada
he muerto y el dolor persiste hasta reanimar 

y mortificar mi carne una y otra vez, una y otra vez y otra vez,
y así seguir y seguir delirante en el resplandor
quemándome la yema de los dedos hasta la
eternidad…



Circular II

Ayer llevé a mis fantasmas
a deambular por la iluminada ciudad que no duerme,
a caminar entre boulevares innombrables, imperecederos en sus inviernos
en su rítmica manera de sobrevolar las distancias y las
edades de otros hombres
que ya nunca volverán, que no volverán 
porque olvidaron olvidar el olvido que nos olvida,
en el fondo de un cajón de colores y parafernalias 

que nos llevara tierra abajo, ya sin retorno
tierra adentro hasta que dejemos de soñar, saboreando
el humus entre nuestros vencidos labios, 
en nuestros extintos delirios de
raíces y piedras, de nuestras rotas mandíbulas
Ya no existe el silencio ni el ayer, 

ni el grito ni el mañana ni el intermedio 
ni tampoco el después que más habrá de venir, que otro invasor
habrá de llegar hasta estas murallas que solo
detienen el sol entre sus pilares, 

entre sus anochecidas calles, entre sus amontonadas
multitudes de ratas y quimeras,

entre el estiércol de lo camellos, 
hora nona de ensombrecidas ventanas circulares
ya no hay mañana, ya no hay nada, 
solo la palabra sin
final.


Rosas y abalorios

La palabra estalla en mis labios, se alza en mi boca
como negro estandarte, dibujando rosas
y abalorios
anti solemne inicia su propio rumor, 
contra la noche y sus bufones, 
apóstoles mediocres de viejas
guardias la palabra reina breves sentencias contra la marea, 
la palabra afila sus puñales entre mis manos
navegando el turbio oleaje del tiempo.
La palabra es mi reino.




RAINIER ALFARO BAUTISTA. Nació el 30 de agosto de 1974, en El Salvador. Pasante de la carrera de Mercadeo. Escribe prosa y verso. De la generación de poetas de la post-guerra. Destaca por su constante desarrollo en lo formal y en contenido conceptual y epigramático del poema. Miembro fundador del Taller de Letras Gavidia (TALEGA). Ha sido publicado en las antologías: "Juego Infinito" y "Alba del otro Milenio".Su obra esta publicada en las Antologías virtuales *La Cantoria de los Juglares* de Alberto Peyrano poeta argentino, tercera edición de Palavreiros, Versofónica (20 poetas, 20 frecuencias, archivos de audio, Honduras-2005) y en la pagina de Poetas del mundo. En el 2015, publicó su poemario Ventana de Suplicios. Su labor como gestor cultural lo llevó a organizar en Honduras el Festival Internacional de Poesía El Turno del Disidente. Miembro co fundador del Colectivo de Poetas Paíspoesible, Tegucigalpa.





miércoles, 19 de octubre de 2016

Siria laica: lo que occidente no quiere que veas


Una vez que te han dado todas las imágenes de la destrucción, te quedás pensando en si todavía existen las muestras de la vida ahí, en la Damasco asediada, y resulta que la juventud se las ha arreglado para mantener la idea de la paz. Lo que pareciera un rave en cualquier plaza de occidente y no la herida terrible de la Siria en conflicto, lo que pareciera que es contrario a la muerte diaria... Me he preguntado siempre qué sucede con la juventud que se queda, la que de pronto se ve inmersa en el fuego cruzado. Desde Ernst Jünger hasta estos jóvenes que bien podrían ir mañana al frente, la guerra se revela como la mayor locura de nuestra especie.

lunes, 10 de octubre de 2016

Rodolfo Girón, Cantiga basada en la pérdida paraestatal mexicana

CANTIGA BASADA EN LA PÉRDIDA PARAESTATAL MEXICANA
O que los buques de la matria se incendien en las costas
en los puertos marítimos
frente a las islas enhebradas por la tectonia
y que los buques de la matria no aparezcan por ninguna parte
en las cuentas bancarias de las bestias
como cifra exacta para el recogijo de unos pocos
vertidas abandono en los deshuesaderos de la literatura chatarra
O que los buques de la matria sean desconocidos para los pobladores de la matria
estaban en la sí lengua de tu no amor
los buques
a dónde se ha ido el del rostro acompasado por la furia
a dónde la del rastro dibujado por el misterio
o que los buques de la matria sean algo ajeno
y los estandartes de las electricistas
de los trabajadores de agua potable
sean ya una vendimia consumada
entonces para qué triscar la arritmia
cómo plantear desde la poemática una factible agitación
dentro de las masas obreras, campesinas, y poblaciones originarias
una agitación como tunel rumbo a la información y politización de éstas
y micifuz el de las 40 botas que venga a ayudarnos
o a terminarnos de joder
que nunca más se vuelva a quedar en los cuadernos de N. Parra
que la calavera escupa al numen de la ignominia
IPALNEMOHUANI
IPALNEMOHUANI
echanos la mano con toda esta masacre milenaria
IPALNEMOHUANI
que realmente no hemos superado la barbarie
lo reconocemos hondamente
nos avergonzamos hasta el lugar donde el jaguar conoce la fatiga
hasta el ombligo obsequiado por esta nuestra materialización
IPALNEMOHUANI
destella con tu claridad de pensamiento
destella con tus acciones correctas
que dará media noche y equinoccio para la ternura se nos va
un monumento para los hombres valerosos
un monumento para las mujeres combatientes
extendido a todos los surcos de la agricultura
IPALNEMOHUANI
toma en cuenta todo eso
todo esto


extraído de FORASTEMAS PARA TECTONIZAR LA METÁFORA. (inédito)




Rodolfo Girón, México.

viernes, 7 de octubre de 2016

F-16 Thunderbird en Puerto Rico - Fotos Fabricio Estrada

Me toca ahora detener a los famosos F-16 Thunderbird. Ya lo hice con las palomas y los gavilanes que cruzan por este lado de Santurce. Esta vez fueron mis primeros cazas cuarta generación jamás vistos, y el asombro pasa por encontrarme de pronto presenciando las evoluciones de la famosa escuadrilla acrobática que mañana sábado tendrá exhibición oficial aquí en Puerto Rico.
En Honduras, los F-5E y F-5F (caza de tercera generación adquiridos en número de doce en 1988), acostumbran a pasar -tenebrosos- cada crisis política o golpe de Estado. Se les mira, cada 15 de septiembre, hacer tirabuzones y pases rasantes sobre la sufrida capital y, desde el estadio lleno, se les aplaude con entendible asombro por esas máquinas que Leonardo da Vinci tuvo que haber soñado.

Aquí están las fotografías que logré sacarles.















Para saber más sobre los F-16 Falcon y los F5E hondureños, entre aquí:












miércoles, 5 de octubre de 2016

Ronald Augusto, Poemas - Brasil



La poesía puede devolvernos ciertos rituales que fueron reino, hace muchos siglos, de lo contemplativo que ahora, casi, agoniza. Me imagino a Ronald sentado a  la orilla del mar, fiel secretario de los rumores de toda esa inmensidad. Lleva el dictado con paciencia y luego escribe notas que pueden ser llevadas por los pájaros a los cuatro puntos cardinales. Sorbo el éter lluvioso,/endomingado de pasado. Me dice una de las aves que llega a posarse en mi ventana, frente a otra infinidad del mar.
Al leer estos sutiles textos no puedo dejar de recordar al poeta hondureño Nelson Merren en su poema Paisaje con un tronco podrido, y hago el silencio necesario para lograr la conjunción de estos poetas que dialogan desde distancias temporales lejanas y profundas. Cada vez que respira,/ el mar lo mueve un poco,/ lo tira más allá,/ luego lo trae,/ y lleva horas en esto.  Es lo que dice Nelson Merren para que Ronald Augusto le responda :

Vagas espurcas como um cuspo que retroagisse
às cercanias profundas, acaso indiferentes.               


Vagas y sórdidas como un escupitajo que devuelven
las cercanías profundas, acaso indiferentes.

Es como si, luego de leer lo que las aves trajeron, uno pudiera acercarse a las olas y pronunciar palabras que, al otro extremo, en otra orilla, un poeta recogiera con su sonido nuevo y ondulante, llenas de nuevos significados, de vida que renace desde el mar.

Menear de árvores no quintal
vizinho.  
               A tarde rastela ramos,
mas é como se fizera um favor
convidando o vento a embaralhá-los.
Engelha o próprio engenho nesses galhos
que não quebra apesar de tanto esforço.
Dobra o nó da ramagem em noite prévia,
essa sombra que emerge do chão úmido.
Frescor que sabe à morte, sal.  
                                                       Fermentos,
friúme de ser craca e escara
na formosura desse arranca-tronco,
cujas raízes unham o vão profundo.

*

Sequer em meio à noite escura,
onde se apaga tudo a que me apego,
se cala o simulacro do espelho.
No salão vazio,
cerrado na moldura ovalada,
vislumbra-se, intermitente,
o braseiro de uma constelação,
remota a ponto de não discernir
os flagelos e as delícias dos homens.

*

No alívio da cozinha branca
(silêncio que não desaba),
graças ao pouco inox que contém,

enquanto o notebook,
numa espécie de crepitar minúsculo
resmunga durante o desligamento,

o sono se entranha e paraliza (metáfora-ademirdaguia
segundo a lâmina pernambucana) e
paraliza meus músculos.

*



O nervo surrado roça o flanco recurvo e enubla-se,
seu aceno corresponde a uma indagação.

Sorvo o éter chuvoso, endomingado
de tempo passado.

*

Esse timbre encardido do mar vazante,
                                                               anzolado.
Vagas espurcas como um cuspo que retroagisse
às cercanias profundas, acaso indiferentes.               



1
às vezes
a onda se forma
rasteira        como se
uma corda grossa
fosse
esticada de chofre




2
sorrateiro o montículo de areia desaba
tão logo vem a mosca pousar nele


3
ipásia em gamboa
a nuca e as ancas em meio à espuma

as ondas se dobram
reparo em seu rosto que vem à tona


4
reserve-se a soledade, coloque-a
de lado junto com tantos cuidados

a salsa ondina cinza ao pé da tarde
seguirá mordiscando calcanhares

mesmo que me abandonem esses cantares
tomados ao olvido que marulha,

a retro, infinidades de outros mares




Ronald Augusto (1961) é poeta, músico, ensaísta. As principais temáticas presentes em seu repertório intelectual referem-se à poesia contemporânea e à vertente negra na literatura brasileira. Atualmente Ronald Augusto realiza palestras e oficinas/cursos abordando assuntos como música, poéticas contemporâneas, literatura negra e poesia visual. Entre 2007 e 2012 manteve ao lado do poeta Ronaldo Machado a Editora Éblis, voltada para a poesia. De 2009 a 2013 foi editor associado do website WWW.sibila.com.br. Tem colaborações (resenhas e artigos de cultura e arte) nos cadernos Cultura do Diário Catarinense e do jornal Zero Hora. Publicou, entre outros, Homem ao Rubro (1983), Puya (1987), Kânhamo (1987), Vá de Valha (1992), Confissões Aplicadas (2004), No Assoalho Duro (2007), Cair de Costas (2012), Oliveira Silveira: poesia reunida (2012), Decupagens Assim (2012) e Empresto do Visitante (2013). Dá expediente no blog www.poesia-pau.blgspot.com  e é colunista do site http://www.sul21.com.br/jornal/