miércoles, 29 de abril de 2015

Saló, o los 120 días dentro de Honduras



El poder, ese oscuro objeto del deseo, esa parafilia jurídica que en Honduras se muestra en todas sus expresiones, principalmente en el exhibicionismo de los instrumentos fálicos de la élite: soldado-fusil, arzobispado-báculo, magistratura-mazo, presidencia-puño en alto; el exhibicionismo y a la vez la contención de las formas que han conducido al levantamiento de una cultura política neurótica, altamente reprimida y cuyos síntomas simbólicos se revelan en las innumerables leyes aprobadas con sesgo moralista y, sin embargo, sin ninguna ética de por medio.

La ética -constructo sublime- fue pervertida por las parafilias, las parafilias rigen "el orden" social y los colaboradores de tal deformación -se me viene a la cabeza los militares- se pasean cuidando que la población sometida acate cada ley o regla nueva dentro del juego. Todo esto lo vi ahora, al conectarme por segunda vez al film de Pier Paolo Pasolini Saló o los 120 días de Sodoma.

El paralelo hondureño se me hace inevitable. Pasolini aborda el fascismo y lo desnuda en toda su intención final: el sometimiento lúbrico a través del poder, el poder desatando lo que se reprime una vez que no hay nada que lo contenga. Regla, penetra, viola el poder cuando no hay ninguna forma humana en pie para disuadirlo, y la deformidad de sus actos es tan monstruosa que sabe bendecirse puntualmente con ayuda de sacerdocios legales y espirituales: jurisprudencia e institución eclesiástica. Saló. Honduras. Reprimir para liberar sus propias perversiones.El placer inconsciente de reírse en la cara de quien no tiene el poder y al hacerlo, lograr un placebo irrenunciable.Si la sexualidad crea las relaciones sociales aquí, entonces, se busca que no existan relaciones horizontales inter-ciudadanía, sino todo lo contrario, que existan pero sólo lo que considere y regle la verticalidad de la imposición.

Saló. Control social. ¿Cómo se estabiliza un poder si las instituciones que deben hacerlo han sido pervertidas? ¿Qué tipo de control va en ascenso paulatino, desdibujándose en sus contornos hasta trocarlo sádico y, lo que es peor, aceptado con sadomasoquismo?

Saló. Hay algo más por entender de Honduras. Algo más.

F.E.


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