sábado, 26 de abril de 2014

Vas como en Tron, flakito

Ya te vi pasar. Tu tarea es la de tirar las líneas ¿verdad?. Un punto invisible para los jetas, Flaco, tu propio punto de fuga. ¿Por qué no vamos huyendo todos de una vez y nos pegamos a tus patines y ya dejamos  de estar dando vueltas sobre el ladrillo? ¿Por qué te ves tan libre cuando te perdés a toda madre y con la música de tus audífonos metiéndote más velocidad, cada vez más velocidad, cada vez más lejano?
Vas como en Tron, flakito, hasta se pueden ver los meridianos de este globo sonda que habitamos ya hechos caracoles o salamandras viscosas, felices nosotros de estar pegados a la oscuridad de las cuevas, sorbiendo las gotas de lo inamovible, así con nuestras lenguas pegadas a las ventanillas de los buses, pegados todos nosotros como estikers de alguna mala propaganda política sin futuro ni seguidores.
Pero yo te sigo a vos porque vos a nadie seguís, nadie te toca cuando atravesás las esquinas de los gatilleros que sólo alcanzan a decir allá va el man de los patines, mirá qué pijudo se cruza, se saltó los puestos de naranjas, se enganchó al bus y de un solo tirón fue a dar a la Kenya sin que los de tránsito lo ahuevaran. Ese man no se mete con nadie ni nadie quiere hacerle nada, mejor te dejamos para después, basura, ya te salvaste porque pasó el flako que fue tu ángel ahorita porque ya te iba a plomear y el flako como que lo deja con las tapas abiertas a uno, es como un silencio el que se lleva porque va en su pedo el man y avanza como ya quisiera yo hasta con los ojos cerrados, no importa la cuesta lempira ni la bajada de villadela, vale verga, cuando lo ves no vale la pena despachar a nadie, uno se queda sobando la cacha de la bomba y ya no quiere más que seguirte, ángel con ruedas, angelito desnutrido y todo pero fibra y firme.
Tu onda es trazar la nueva ciudad ¿verdad flako? Un día de estos despertamos y vemos que las grúas ya comenzaron a levantar el paisaje, otra rimera de edificios nuevecitos que solo sirven para dar sombra a los ricos porque adentro salen huecos y los ascensores son como pistones del vacío. ¿Vos tenés pistones, seco? Al rato la máquina te bombea diferente, porque no parás, llegás hasta la medianoche, pasás por Bellas Artes deslizándote de espaldas, casi para ahuevarnos, maje, casi como un suicidio divertido o una palabra que se dice sin pensárselo dos veces y luego uno se arrepiente pero ya no hay vuelta atrás, te palmaron, te pusieron el balde donde se jala el agua más chuca.
Dame una caladita en esa libertad tuya, flako, mirá que al verte siento que estoy clavado y retorcido dentro de una tabla de cajón, manito, y esto sí que purga, seco, esto sí que te pone al brinco.

F.E.



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