martes, 28 de enero de 2014

Rodríguez le escribe a Cindy Lauper

Pequeña Cindy, apago la tele un momento para escribirte.
Sé que las chicas ya no quieren divertirse, ahora quieren gruñir y mirar MTv todo el día.
Algunas quieren, por cualquier medio, su propio reality y jamás consiguen ser de interés para nadie.
Quizá sea la mala edición casera o la saturación de tantas millones queriendo ser estrellas a la vez y explotar y...
Dulce Cindy
Divertirse era ponerse el pelo rosado y hacer que los chicos bailaran canciones de chicas,
divertirse era hacer del punk una fiesta de quinceañera con algo de maryjane y Tom Collins,
sintonizar Falcon Crest y quedarse allí hasta derramar lágrimas de neón...
¿Qué pasó con todo aquello que hacía la vida tan ingenua?
¿Qué fue de tus medias rotas y aquel Manhattan frío de principios del 83?
La última vez que te vi pasaban Los Goonies en su milésimo estreno, quizá
el Betamax se atoraba de cuando en cuando
pero yo estaba enamorado,
quería tener asma porque asma tenía el niño
que termina con la niña más bella.
Vos cantabas sobre el barco del tesoro aquello de querer un chico que caminara sobre el sol
y el casting comenzaba a cerrar la historia
y desde entonces creí, que al cerrar los ojos, bajo mis párpados,
aparecería siempre la lista íntima de las chicas libres que querría para siempre en mis sueños.

Ahora te he visto de nuevo, entrañable Cindy, querida Cindy,
pero estabas tan malhumorada que temí equivocarme
temí haberme equivocado siempre
y que tu diversión tuvo que haber sido desaparecer en serio una vez que terminara el video clip
que alguien que amaras te ocultara del resto del mundo
y no llegar a este triste cuadro retro en un programa de una hora pervertida,
en un contrato más infeliz que todo eso que debe darte al recordar
que una vez fuiste la moda y que la moda jamás habló de envejecer y ser recordada.
Ser recordada es para las muertas -me dirás- pero

¿Acaso no has muerto una vez que las chicas decidieran morirse viendo MTv todo el fucking día?


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