martes, 4 de enero de 2011

Tibi dabo claves regnum caelorum


Te he dado las llaves del reino
A Francisco Ruiz Udiel
Beebe, Arkansas. Cerca de la medianoche del jueves, durante el fin de año, miles de mirlos muertos cayeron sobre esta localidad de 4 mil 500 habitantes, a 50 kilómetros al noreste de Little Rock.

El 30 de diciembre
cien mil peces aparecieron flotando
muertos
sobre un río de Arkansas.
La gente iba a las orillas
a recordar la última vez que vieron algo parecido,
rodearon a los ancianos y no concluyeron en nada.
El 31 de diciembre
cinco mil mirlos alas rojas
cubrieron las planicies de Arkansas,
cayeron en parvadas
como lluvia invocada por los antiguos.
La gente salía hacia los campos,
miraba el cielo
y consultaba a los indios de las reservas.
Los Ketoowaahs callaron
y no concluyeron en nada.
Muy lejos de ahí,
-en el centro de una Managua voráz-
el poeta desataba el último nudo.
Se liberaba.
Se revelaba clave
de todos los sucesos extraordinarios
acaecidos durante esos días.

F.E.



1 comentario:

Revistacidadesol dijo...

bravo! poema misterioso e leve como as mortes dos pássaros.

Abs