lunes, 24 de mayo de 2010

A veces veo en el cielo playas sin fin cubiertas de blancas naciones jubilosas


"Cuándo iremos a dar la bienvenida al nacimiento del trabajo nuevo, la sabiduría nueva, la fuga de tiranos y demonios, el fin de la supertición, a adorar -¡los primeros!- la navidad sobre la tierra.


Basta de lágrimas y lamentaciones, de la mortificación de la carne. Basta de sumisión y docilidad, de la credulidad infantil y las plegarias infantiles.


Deshechemos los falsos dioses y los oropeles de la ciencia. Abajo los dictadores, los demagógos, los "San-culotte". No maldigamos la vida ¡adrémosla! Todo el interludio cristiano no ha sido sino una negación de Dios, una negación del espíritu. Ni siquiera hemos soñado aún la libertad ¡Liberad el espíritu, el corazón, la carne! Liberad el alma para que ella pueda reinar en seguridad.


Este es el invierno de la vida y yo temo el invierno porque es la estación de la comodidad.


Que nos concedan la navidad sobre la tierra, no el cristianismo. Nunca he sido cristiano. No he pertenecido jamás a nuestra raza. ¡Si mis ojos están cerrados a vuestra luz, soy una bestia, un negro, pero puedo ser salvado!


¡Vosotros sois falsos negros, vosotros ávaros maniáticos, demonios! ¡Yo soy el verdadero negro! Digo: que venga la navidad sobre la tierra, ahora, ahora, ¿oís? nada de esperanzas falsas.


(A. Rimbaud)

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