viernes, 11 de diciembre de 2009

El muro de los lamentos - Gabriel Galeano, Honduras



La exposición se inauguró el día de ayer, jueves 10 de diciembre. Gabriel repartió pasamontañas entre el público asistente y todo el evento se convirtió en un performance perfectamente integrado. El lugar de la expo fue el MUA (Mujeres en las Artes, Tegucigalpa).














Visión bajo el pasamontañas
Las libélulas copulan en grupos concéntricos. Rotan y hacen vibrar los vidrios. La respiración, es como el viento que se cuela entre las ruinas.
Un muro ha ido creciendo con la tarde. Nuestra piel se ha vuelto un muro, nuestra piel desollada se extiende y demarca la tierra de nadie y su crepúsculo.
Nunca nacimos en este lugar y por lo tanto habrá que salir a buscarlo.
En las calles buscamos; nuestro éxodo tiene las piedras suficientes para que cada uno aporte varias columnas al templo, piedras para alzar el muro, piedras que reboten como ecos.
Otra mañana, y sobre el desierto, una estrella lacrimógena guía rojos magos vagabundos.
Todos los pesebres han sido saqueados y no hay lugar para esconderse. Los niños santos corren, familias enteras huyen de las nubes terribles, alguien corrió la voz y alcanzó el tiempo para despedidas y llantos.
Las libélulas bajan a probar el agua cristalina de nuestros ojos y los ojos se secan como un pozo al que han cegado con arena. Escupimos, sudamos copiosamente y de la arena volvemos a formar la piedra; es un puño, es un abultado capullo de tinta que al lanzarla refunda el alfabeto y tatúa lenguas puritanas.
¿Quién fue el primero en librarse del pecado? ¿Quién fue el que dijo ¡basta! y regresó para luchar toda la noche contra las sombras?
El muro apenas tiene grietas para incrustarle poemas. El poema es una cuña de madera que la lluvia hincha para separar el obelisco de la cantera. La grieta es un trazo, un río de grafito, un abismo que se traga oraciones y jaurías.
Vamos por la noche, pasamos las montañas. Los libros han desaparecido pero nos quedan las murallas, su áspero papiro, el interminable lienzo, el sudario que, abrigando al victimado, se impregnó de palabras… Cubro mi rostro, al igual que una bestia va y se esconde en lo más profundo de una caverna.


F.E.


3 comentarios:

Enrique Walden-Lagos dijo...

Solicito autorización para reproducir esta entrada en la próxima edición de El ojo de Adrián (www.elojodeadrian.com). Porfavor contestar a elojodeadrian@yahoo.es

Laurene dijo...

òtimo!

Abs do Lúcio Jr

Laurene dijo...

Maravilhosa exposição, lindo texto, fiz uma postagem sobre ela hoje!

Abs do Lúcio Jr.