viernes, 29 de mayo de 2009

Aterra motos

¿Trepidatorio u oscilatorio? ¿7.3 en la escala de Richter? El punto es que eran las 2:20am y en ese instante Honduras completa se convirtió en una inmensa hamaca. Los perros cantaron su aleluya y las alarmas de todos los carros los acompañaron en un largo solo de silbatos y vibraciones.

Al igual que durante el Mitch, creímos que todo sucedía en un país lejano y, a la primera luz, nos dimos cuenta que era en cada rincón de lo más cercano. Cuando anunciaron el primer muerto el asunto pasó al silencio, y cuando llegó la suma a seis, la palabra de todos pasó de "temblor" a "terremoto".
Cuesta entenderlo así, sobretodo cuando desde niño a uno le meten en la cabeza que aquí no es zona de volcanes y mucho menos de sismos (...), aún con la historia señalándonos los epicentros que destruyeron la ciudad de Gracias, Lempira, a mediados del siglo XIX y los últimos tracateos que derrumbaron casas en Marale.

Mucho queda en el aire en un país desacostumbrado a utilizar el elnguaje de emergencia durante sismos: que la falla del Motagua se activó, que las placas "teutónicas" del Caribe se deslizaron, que la prueba nuclear de Corea del Norte mandó una mariposa maligna bajo tierra, que Mel Zelaya no pudo terminar con un Padre Nuestro ante la televisión, que la Cuarta Urna es la culpable, que Dios quizo hacernos un guiño... y bueno: ¡de todo!

Hoy los titulares de los noticiarios y periódicos elevan su exlamación de reprendimiento: Arrepientánse, Dios ha hablado y Dios nos ha salvado ¡Milagro!¡Milagro! y uno se pone a ver las rayas de los sismógrafos queriendo encontrar en ellos el lenguaje divino, los códigos cabalísticos, el rostro crispado de Dios... Como un código de barras, Dios ha dejado en las pantallas su marca registrada, con pesados pasos Dios atravesó el territorio tan sólo para que sintiéramos su presencia molesta (...)

Realmente resulta insoportable el tamaño de este fundamentalismo, pero se aprende a convivir con él, así como Galileo suspiró a profundidad durante su juicio y pensó que era mejor retirarse a casa para una larga lectura sin intentar convencer a nadie de nada; a lo mejor así debe ser. Dios mismo así lo debe pensar mientras le ayuda a reparar al Diablo su nueva excavadora, que allá, en lo más profundo de la Fosa de las Marianas, se le atascó -con cierta y extraña exactitud- a las 2:45am, 15 segundos despúes de haberla encendido.

F.E.

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