miércoles, 25 de febrero de 2009

Las Cariátides y el sometimiento


Leyendo a Vitrubio, me detuve en esta asombrosa relación entre arquitectura e historia. Realmente lo que a continuación posteo es uno de los consejos que daba Vitrubio a los arquitectos latentes, pero por su revelador componente de sometimiento resulta digno de tener en cuenta como uno de los mayores ejemplos de arte política-aplicada, simbología que los griegos (inventores acérrimos de conceptos) supieron aplicar sin resquemores. De esta forma, el Erecteion (Pórtico de las Cariátides en la Acrópolis ateniense), pasa a ser en nuestro tiempo, toda una bandera dialéctica-vindicativa para todas las mujeres.
"Si, por ejemplo, en vez de columnas se colocan estatuas de mármol de mujeres vestidas con estola — que se llaman cariátides— y si superpone modillones y cornisas, deberá saber dar explicaciones a quienes pregunten; veamos: Caria, ciudad del Peloponeso, conspiró contra los griegos con ayuda de los persas, enemigos de los griegos.


Posteriormente, al verse libres tras una gloriosa victoria, los griegos, de común acuerdo, declararon la guerra a los habitantes de Caria. Una vez conquistada la ciudad y pasados a cuchillo sus habitantes, se llevaron como esclavas a sus matronas sin emitir que se desprendieran de sus estolas, ni de sus distintivos como arquitectos, diseñaron en los edificios públicos unas estatuas de matronas que soportaran todo el peso, con el fin de transmitir a la posteridad el castigo impuesto por las ofensas de las cariátides.


Igualmente los espartanos, bajo el mando de Pausanias, hijo de Argesilao, en la batalla de Platea superaron con un reducido número de soldados al muy numeroso ejército de los persas y, concluida la ceremonia triunfal, levantaron un pórtico Pérsico con los despojos y botines, como exponente de la gloria y valor de los ciudadanos y como trofeo de su victoria para sus descendientes."

lunes, 23 de febrero de 2009

Casa de las Américas y el Cartel Cubano






Otra muestra significativa del predominio de la grafica de Casa de las Américas quedó reflejado en el cartel diseñado por Alfredo Rostgaard para la celebración del Festival de la Canción Protesta 1967, en el que apoyado en el simbolismo cromático, su creador se valió de una rosa para representar la cultura y de una gota de sangre, desprendidas de una espina, simbolizó la disposición del hombre a protegerlas; ese valioso cartel por su eficacia comunicativa devino en símbolo emblemático de la gráfica cubana y se empleo, en 1970, en la portada del libro The Art of Revolution de Dugald Stener y Susan Sontang en el que se reafirmó la trascendencia internacional de la gráfica cubana.

En ese momento de esplendor del cartel cubano, el destacado creador José Gómez Fresquet (Frémez) irrumpió con la trascendental obra conocida como: La modelo y la vietnamita surgida en los días de intensa agresividad de las fuerzas gobernantes de Estados Unidos contra Viet Nam y que formó parte de una serie dedicada a evidenciar los contrastes entre la avaricia de la ideología imperialista y el encanto de la cultura popular, la cual obtuvo el premio en un concurso de grabado convocado por Casa de las Ameritas; que por su impacto visual se reprodujo en formato de un cartel y recorrió el mundo,. Continuamente en el número 51-52 de noviembre 1968-febrero de 1969 de la revista Casa de las Américas se publicó un valioso estudio de Edmundo Desnoes titulado los Carteles de la Revolución Cubana.
De entre otros significativos aportes de los carteles de Casa de las Américas, en los cuales estuvieron presentes elementos y símbolos gráficos de excelentes sensibilidad artística, estuvieron los de Umberto Peña para tres de sus eventos: Exposición de La Habana, 1971; en que apoyado en la metáfora y el simbolismo visual hace alusión a un encuentro entre artistas plásticos cubanos y chilenos, Premio Casa de las Americas, 1973; con significada presencia de la abstracción y la influencia cromática del art pop y el del Encuentro de la Plástica Latinoamericana, 1973; donde quedaron evidenciado efectos ópticos y cromáticos. En la década del ochenta -en que Casa de las Américas, tras el fallecimiento de su directora fundadora Haydeé Santamaría, quedó bajo la dirección del pintor Mariano Rodríguez- deslumbraron carteles como el de Antonio Reboiro, para el Encuentro de Intelectuales por la Soberanía de los Pueblos de Nuestra América, 1981 y el de Esteban Ayala, 25 Aniversario de Casa de las Américas, 1984; los cuales transcendieron en el contexto de la colaboración brindada en 1982, al Center for Cuban Studies de New York; donde se presentó una retrospectiva del cartel cubano (1961-1982) y de la publicación, en 1984, de la revista Anales del Caribe; especializada en cultura y sociedad caribeña, con ensayos sobre literatura, procesos étnico-culturales, ecología, historia, religión, artes plásticas, música y arquitectura.
En los albores de la década del noventa, cuando motivado por la reiteración de los códigos visuales y otros factores subjetivos, se comenzaron a manifestar síntomas de crisis en el diseño gráfico del cartel y que continuamente se agudizaron por el agravamiento de la situación económica del país; producto de la perdida de sus mercados después de la desintegración de campo socialista y la desaparición de la URSS; que devenido en lo que se ha denominado Periodo Especial, desde Casa de las Américas; se continuaron realizados importantes acciones para conservar el tradicional empleo del cartel y se afianzaron los esfuerzos para mantener sus ediciones editoriales.
Desde entonces en que el poeta y ensayista Roberto Fernández Retamar -después del fallecimiento de Mariano Rodríguez- asumió la dirección de esa prestigiosa institución cultural se continuaron realizando nuevas acciones por conservar la memoria histórica y vigencia de la cartelistica cubana; en esa tarea, como me señaló el desaparecido maestro del diseño gráfico Alfredo Rostgaard, se ha destacado la artista Lesbia Vent Dumois, quien ha contribuido al reconocimiento del cartel como firma expresiva de manifestación de las artes plásticas.
En ese contexto por recuperación y mostrar la trascendencia de la gráfica cubana, el 18 de julio de 1997, con motivo de cumplirse el trigésimo aniversario del cartel para el encuentro de la Canción Protesta, en la sede de Casa de las Américas, quedó abierta la exposición “Retrospectiva de Alfredo Rostgaard” Igualmente formaron parte de su proyección gráfica el certamen Mayo Teatral, nombrado así desde 1998 que convocado cada dos años, estableció un puente entre los Festivales Latinoamericanos de los sesenta y los Encuentros Internacionales de Teatristas en los ochenta y la reedición del boletín Música; publicación especializada con artículos, reseñas, noticias y las obras recientes de los músicos, musicólogos e investigadores del continente, que había tenido entre 1970 y 1990 su primera época editorial.
Casa de las Américas ha sido el hogar para que solidariamente se encontraran jóvenes creadores del nuevo diseño cubano y exponentes de la grafica de los momentos épicos de los primeros años de la Revolución, ambas generaciones en relación armónica, dieron continuidad a la grafica comunicativa. Entre los profesionales de la nueva generación se destacan: José (Pepe) Menéndez y Nelson Ponce Sánchez, quienes a través del empleo de la digitalización, han logrados expresiones temáticas con originales y atractivas definiciones estéticas de airadas frescuras, donde contrates y yuxtaposiciones, sustentados en alusiones figurativas, efectos ópticos y distorsiones refulgentes irradian derivaciones visuales de eficaces registros comunicativos.
Desde inicio del este nuevo milenio los directivos de Casa de las Américas que con la realización de diversas acciones han posibilitado recuperación del diseño gráfico cubano, del 10 al 15 de junio del 2001, ofrecieron su sede para la celebración de la Semana del Diseño Gráfico, evento organizado conjuntamente con el Comité Prografica Cubana y el Consejo Nacional de las Artes Plásticas; con el objetivo de promover el desarrollo de los valores culturales y comunicativos del diseño.
Continuamente otros hechos que demuestran tal confirmación han sido la creación en el 2003 de la revista digitalizada Arteamérica destinada a ampliar su labor de divulgación en el campo de las artes plásticas e igualmente acogió la presentación del libro Los carteles de la Tricontinental de Richard Frik de la Editorial Comedia, 2003, en que realizó un meritorio homenaje a los diseñadores gráficos y artistas de la plástica participantes en la creación de los carteles de la OSPAAAL.Con el mismo propósito a favor de exponer la memoria histórica del cartel cubano, se patentizaron, en otras dos acciones: la colaboración ofrecida para una muestra de 60 carteles de entre 1940-2004, expuesta en abril del 2005, con el titulo de Cubanidad en Viena en el Museo de las Artes Aplicadas en Viena; realizada con el apoyo de The Cuban Art Space; del Centro de Estudios Cubanos de Nueva York, el Center for the Study of political Graphics y que contó con la presencia de su Director Artístico José (Pepe) Menéndez y durante la celebración en La Habana, en octubre del 2007 del Icograda Word Desing Congreso, en la que los anfitriones: el Comité Prografica Cubana y el Consejo Nacional de las Artes Plásticas (CNAP) contaron con la sede de esa institución para presentar una exposición con una antología del cartel de la Revolución Cubana.
Y aunque todavía se esta distante del éxito alcanzado en la cartelistica de décadas anteriores, es justo reconocer que las diversas contribuciones de Casas de las Americas ayudan y proporcionan las condiciones para acortar el camino que permita alcanzar nuevos lauros y contar con un espacio permanente para conservar la historia de la gráfica cubana.

Desde Perú, www.limanoesmuda.com








Esas vueltas de la vida -y sobretodo de la óptica, de la buena intuición para captar la luz- me ha dado la oportunidad de conocer a Juan Carlos Michilerío, fotógrafo peruano de excepcional agudeza en el enfrentamiento que se da entre una realidad aparentemente grotesca y la sutil belleza que se asoma, como hierba nueva entre sus ruinas.

La siguiente buena noticia de este cartel reside en la presencia del maestro Arturo Corcuera, quien me ha escrito las palabras de contraportada para mi poemario "Poemas de Onda Corta", de próxima aparición; así que no puedo dejar de traer a colación esta entrada al blog y hacer próxima esta multidisciplinaria actividad en Lima, Perú, muestra del andamiaje que van conformando las personalísimas búsquedas y asombros.
El primer Festival "Lima no es Muda” es un evento que dentro de un ambiente de libre expresión y tolerancia, pretende mediante el arte comprometido y el activismo, ayudar a propagar variada y novedosa información que ayudará a fortalecer el bagaje cultural de todos los asistentes.
El objetivo es contribuir positivamente en la información y en la creación de una nueva conciencia ante la realidad ecológica y social que vivimos, ayudando así a que las nuevas generaciones formen una actitud critica frente a su propio entorno, exigiéndose ellas mismas plantear nuevas alternativas de cambio ante los problemas socioculturales existentes.
El Festival se llevará a cabo desde el 27 de febrero al 1 de marzo, en la Plaza Bolívar, la galería y biblioteca Municipal y la sala de conferencias del Museo Nacional de Antropología e Historia del Perú, todo esto ubicado en el antiguo distrito de Pueblo Libre
Esta festividad tendrá un manto multidisciplinario, es decir, han sido bienvenidas todas las manifestaciones artísticas comprometidas con la realidad social y ecológica que estamos viviendo. Más de 200 artista reunidos, 12 agrupaciones ecológicas y 6 asociaciones sociales y literarias lo hacen posible. Somos conocedores de los cambios que se avecinan y sabemos que hay demasiado que decir y mucho en que actuar, por eso los invitamos a participar en esta fiesta en favor de una nueva sintonía con nuestro entorno.

martes, 17 de febrero de 2009

Comayagüela - Chaliobala ®































Conclusión: Comayagüela condiciona hasta las miradas.


¿Pero por qué iniciar al revés esta pequeña descripción sobre Comayagüela? Simple: porque Comayagüela es ese espacio de la capital que camina en otra dimensión y que, desde su entrada a través de los puentes, comienza con su advertencia, unas veces velada y otras frontalmente, sin tapujos. Por lo tanto, su “estructura anímica” llega a convencer a quien la camina que sus líneas urbanas, su arquitectura y sus vías de circulación tienen su raíz en una atorrante y oscura emotividad.


Mientras vamos por ella –Leonor Silvestri, Hugo Bautista y yo- pienso en un acto de canibalismo intrauterino, al estilo en que lo contó Stephen King en “La mitad siniestra”, sólo que en este caso hay mordidas oscuras desde ambos lados: desde la altiva Tegucigalpa y desde la Comayagüela irredenta. La una invisibiliza a la otra, como mellizas que se odian compiten por demostrar que sus atavíos son los adecuados para el carnaval del príncipe y, en el esfuerzo, es siempre Comayagüela la que pierde su zapatilla de cristal quedando para siempre –al contrario del cuento- convertida en la cenicienta, esclava cenicienta, cenicienta parda, cenicienta de asentamiento perpetuo, cenicienta de precariedad.




Aquí hubo el intento, sí, las ganas de señorío desde la primera hasta la tercera avenida, pero pronto el oleaje de las inmigraciones superó el sueño y se fue apoderando y amancebándose impúdica con los espacios públicos. Desde entonces –y desde la óptica de los encumbrados que fueron desalojados- “Nadie” visita los parques de La Libertad y El Obelisco y se sienta a contemplar el delicioso temor. “Nadie” pela naranjas y las tira contra la estatua de Juan Ramón Molina, recluido para siempre en sus barrotes, como una ostra de bronce, celosamente cuidado por los “nadies”. “Nadie” atesta los antiguos templos del porno (ahora convertidos en iglesias radicales) para luego salir con un aire de suficiencia espiritual, por breves minutos en la fiesta de golosinas, por breves horas antes de evacuar sus fachadas como palomas aterradas. El Lux, el Moderno, el Roxi, el Centenario, el Hispano, el Cantón, El Obelisco, el Belén, ¡nada! Don, Doña y el Pequeño “Nadie” no se merecen nada, ni soñar más allá de los golpes violentos y la patina de estancos, terminales de buses y hotelitos por doquier.




La guerra de los “nadies” no pudo encontrar mejor sitial para su homenaje que en este lugar de soldaditos de juguete. 1969 bien puede ser una estadística o un número de serie, y el soldado de la estatua bien puede ser el G.I. de Normandía o del Paralelo 38 pero nunca uno de nuestros “nadies” inmolados en San Rafael de las Mataras o en Ticante.


La melliza de este lado bailó su danza más frenética con el Mitch y ahora, lo recuerda melancólica, cortando pétalos de polvo y asestando a diestra y siniestra su mejor estocada, con un tierno e imperceptible gesto de amor.


Comentario:


Fabricio,
Te puse un comentario directo en tu "blogspot" en reacción a tus fotos de las gemelas. Pero nada me confirmó si el comentario te llegaría o no. Como no quiero que se pierda, porque lo hice para animarte a continuar con tus experimentos -por lo mucho que valen, por su imaginación y valentía- aquí trato de reproducirlo:

"Me han conmovido tus fotos de Tegucigalpa y las últimas de Comayagüela. Yo crecí en la segunda, talvez en su mejor época, cuando La Magnolia era el centro de reunión de la juventud estudiantil y el Paseo El Obelisco era lo mejor a enseñar del MDC. Como tu lo dices, hoy Comayagüela muestra el asedio de masas rurales y periurbanas expulsadas por el atraso y el olvido, aunque sin descartar la atracción del neón y otras gracias. Es el fenómeno de la tugurización, para usar un término triste aunque talvez no el más correcto.
El desarrollo de las ciudades pasa por etapas, ahora vivimos la más triste, el momento cuando la solidaridad toca el punto más bajo. Pero vale recordar que otras ciudades del mundo también experimentaron o experimentan este proceso y consuela saber que algunas han logrado recuperar sus viejos monumentos sin tener que expulsar a sus pobres sino, por el contrario, incluyéndolos de manera diferente en el paisaje urbano (Quito sería una ciudad a mencionar entre muchas otras). Yo creo que Comayagüela saldrá de su letargo, talvez mientras salvamos al Choluteca -musa de Molina- cuyas orillas podrían llenarse de arboledas y senderos de flores y sueños.
Por tus fotos y comentarios de Tegucigalpa y Comayagüela... ¡Felicidades! "
Rafael del Cid
Fabricio:
Cómo nos cura el bálsamo de la sensibilidad ajena. Contemplar sus fotografías y leer su pensamiento nos hace rescatar la confianza en la fuerza mental y espiritual de los hondureños, hasta ahora inéditas. En la época digital, son pocos los que sienten la fuerza artística del blanco y negro que usted ha rescatado. Pocos perciben el arte en el cuerpo famélico de un perro callejero; casi nadie ha entendido que los grafitti nos están realfabetizando; para todos pasan desapercibidas las gradas de dura piedra en espiral que embellece la penumbra. En suma, cada una de sus imágenes tiene una historia que trasciende la Comayagüela allende el río Grande, como la vemos los que vivimos del otro lado del río. Lo felicito mil veces y voy a compartir con los amigos sensibles su creatividad, los cuadros que ha pintado sin utilizar el pincel, porque son sus reflejos interiores. Cordialmente,
Ramón Villeda-Bermúdez