viernes, 10 de octubre de 2008

Sobre perros y gatos, F.E. ®

Canzone Fellini

Ay de los hiperbóreos gatos
del ambarino Vístula,
ay de los gatos del Shangri Lá
omniásticos y videntes.

Ay de los gatos de Karnak
guardianes e intérpretes,
sombras prudentes del ronroneo fúnebre.
Ay de los gatos equilibristas
ahogados en el Yang Tsé
y aparecidos intactos en Nazca y Titicaca.
Ay de los gatos del Jordán
que no ayudan al trasiego como los perros
y prefieren esperar en la otra orilla
con su garra hipócrita.

Ay del gato inmolado en todo barrio,
mártir de Salem
y amuleto para impacientes.
Ay
de los gatos todos,
escuadras sigilosas, falanges indomables,
herederos de un mundo
que se irá de cabeza, mientras ellos
parcos y serenos
caerán siempre
de pie.
(Solares, 2004)


Pavlov tenía perros

Los perros de Pavlov
aman el sol y odian la luna,
en ese orden.
Sueñan que saltan eléctricas esferas
y que van tras las nubes
mordisqueando lluvias.

Si Pavlov grita guerra
ellos ladran guerra,
si Pavlov mata
ellos entierran los huesos.

Los cachorros de Pavlov
tienen ancestros comunes;
“el lobo es el hombre del lobo,
-repiten-
la mañana es blanca y la noche negra,
si lo quieres a color…sueña!”

Pavlov tenía perros
y los golpeaba,
andaban en dos patas, se hacían los muertos,
casi te hablaban.
y te quedaban viendo, tan lejanos,
que sus colas frenéticas y andariegas
eran, a lo sumo,
una audaz y muy discreta
súplica de auxilio.
(Solares, 2004)

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